El rostro de Josefa inspira esperanza. En él se plasma una vida de grandes sacrificios y retos superados. Expresa que las oportunidades no llegan ni se buscan, se construyen con tesón y empeño.
Narra su historia entre recuerdos, no todos halagüeños. Afloran las lágrimas ante los no que la vida le ha dado, pero de igual forma, sale la sonrisa cuando mira atrás y ve el resultado obtenido gracias a su esfuerzo y a la voluntad de no claudicar ante sus sueños.
Ante un diagnóstico de salud que indicaba que no podía trabajar, CODOPESCA, a través de la Pescadería de Mi Barrio, le ha devuelto la posibilidad de seguir llevando pescado a la mesa de sus vecinos y el pan para su familia.
Nos invitó a su hogar, donde funciona la primera Pescadería de Mi Barrio. Allí, junto a su familia, nos invitó también a soñar y reflexionar en nuestras propias batallas y en los obstáculos mentales que nos provocamos nosotros mismos.
Con el rostro de Josefa les deseamos una feliz Navidad y un año nuevo de realizaciones, amparados en la fe, en el esfuerzo cotidiano y en la seguridad de que todo se puede, si lo deseamos y trabajamos hasta convertirlo en realidad.