Máximo Díaz no puede esconder su felicidad. El tono de su voz y su sonrisa constante le delatan. Oriundo del municipio de Tamayo, en la provincia Bahoruco, este joven emprendedor se crió entre los cultivos de su padre. Allí, vio el desempeño de su progenitor y junto a él aprendió el noble oficio de cultivar la tierra y hacerla parir. Poco a poco fue emprendiendo con sus propias plantaciones. Nada ostentoso, solo lo que las condiciones precarias le permitían desarrollar.
Inició con plátanos, guineos y coco. Es un líder innato. No en vano es el presidente de la Junta de Vecinos de su sector llamado Santa María. De igual manera, es vicepresidente de la asociación de estudiantes de su comunidad. Allí es conocido y apreciado por todos. Un buen día, a través de las redes sociales, conoció del Plan de Promoción del Emprendimiento Agropecuario del Mañana RD Emprende, que dirige el Fondo Especial para el Desarrollo Agropecuario (FEDA).
Tan pronto leyó las iniciativas y requisitos para formar parte de este plan, se dijo para sus adentros: “Esto es para mí”.
Lo dice porque el plan busca líderes que puedan guiar a otros jóvenes para impulsar sus capacidades y destrezas en el área agrícola y ganadera, así como servicios afines al desarrollo de la economía familiar. “Vi en este plan la oportunidad para seguir emprendiendo, de poder desarrollarme y ayudar a mis compañeros a que también lo hagan con todas las capacitaciones, asesorías técnicas que nos ofrecen en el plan, a través del FEDA, ya que el plan contempla la creación de grupos que luego se convertirán en asociaciones y cooperativas conformadas por jóvenes con proyectos asociativos e individuales” afirma con orgullo.
“Para nadie es un secreto que de lo que producimos, comemos, nos sustenta, nos da vida. Vengo de una comunidad donde casi todos somos agricultores” Rafaela
Rafaela Rodríguez es otra emprendedora que encontró en la siembra de plátanos un camino para su desarrollo y el de su familia. Antes de conocer esta iniciativa del FEDA sus planes eran otros. Es licenciada en Educación Inicial y justo antes de conocer el programa iba a optar por el concurso de oposición docente. Sin embargo, lo aprendido en casa, el amor y respeto por la siembra, le ganaron el pulso y con las oportunidades que ofrece el plan entendió que este era el camino correcto. Asistió a una reunión para escuchar las propuestas de este programa, en su natal Sabana de la Mar, provincia Hato Mayor.
Dice que de inmediato conectó con el mensaje, ya que prometía oportunidades a cientos de jóvenes que, por varias razones, habían desertado de la escuela y buscaban medios de subsistencia. Esto la motivó aún más y hoy en día es una beneficiaria de este plan, que ya se encuentra en nueve provincias del país. Tan pronto salió de ese encuentro, buscó varios jóvenes interesados y es la líder de una matriz, compuesta por muchachos interesados en distintos renglones, ya sea en la ganadería, ovino caprino o en la siembra de productos agrícolas. “Para nadie es un secreto que de lo que producimos, comemos, nos sustenta, nos da vida. Vengo de una comunidad donde casi todos somos agricultores. Tenemos el hábito de sembrar y luego esperamos ver los frutos, muchas veces sin cuidar el producto, muchas veces sin estrategias para poder tener recursos a tiempo para el bienestar familiar. Sin embargo, con el aprendizaje que he tenido en este tiempo, siendo parte del plan, tengo otra visión y otros recursos para hacer más productivo el trabajo y que me genere mayores ingresos económicos «, argumenta.
Recuerda las primeras donaciones. “Aquí fue que se consolidó el plan en mi comunidad porque los jóvenes comenzaron a ver que era cierto, que lo prometido en la reunión, y luego en una feria que se hizo, no eran palabrerías, sino más bien, una contundente realidad. Había plántulas de chinola, plátano, gallinas, limones, aguacate. En mi caso, en una primera etapa tomé chinola porque ya tenía conocimientos de cómo cuidar esta planta. Además, la chinola ofrece ingresos rápidos porque el período de producción no es tanto”, dice entre risas.
La misma experiencia enriquecedora la ha tenido Inés Ramírez, también de la provincia de Hato Mayor. Al igual que su compañera Rafaela, forma parte de esta iniciativa que ha impactado la vida de unos 5 mil jóvenes en todo el país. Para ella el valor de este plan recae en la formación recibida. El emprendimiento de Inés tiene que ver con el cacao. Es presidenta de tres asociaciones de cacao de su zona. Con lo aprendido en ese tiempo se visualiza como una verdadera emprendedora y una futura empresaria, ya que ha aprovechado cada segundo.
“Para mi este es un programa que ha venido a marcar la diferencia en la juventud, buscando lo mejor para nuestro desarrollo” comenta de manera espontánea.
Arisleida Silverio, nació en la comunidad de Hormigo, en Villa Altagracia. Desde muy joven le ha tocado luchar a todo pulmón por lo que quiere. Tanto así que, a muy temprana edad, vino a la capital a trabajar en labores domésticas, para poder pagar sus estudios.
Actualmente, cursa el 6to semestre de Ingeniería Agronómica, mención Producción de Cultivo. Justamente en las aulas de la universidad escuchó hablar del programa y de inmediato se interesó, hizo las investigaciones de lugar y hoy día es una líder en su comunidad con una matriz de 32 jóvenes que están bajo su cargo dentro del plan. Su labor consiste en orientarlos y darles seguimiento a sus producciones. Entre los cultivos de estos jóvenes están: limón, cacao y otros tienen crianza de conejos y gallinas ponedoras.
Al igual que decenas de jóvenes, de toda la provincia, fueron beneficiados con plántulas y animales para su emprendimiento. Ella recibió 500 plántulas de cacao a las cuales cuida con esmero. Aún no es tiempo de cosechar, pero ha hecho todo a su alcance para que ese día pueda llegar y disfrutar el fruto de su esfuerzo.
Viaje a Costa Rica
Uno de los pilares de este plan es la capacitación de sus afiliados. Bajo un acuerdo con la Universidad Técnica Nacional de Costa Rica y en colaboración con el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), 33 jóvenes coordinadores, como Máximo, Rafaela, Inés y Arisleida; tuvieron la oportunidad de viajar al país centroamericano y conocer de primera mano estrategias modernas de siembra que ya han puesto en práctica en sus cultivos con grandes resultados. Para los cuatro era su primer viaje.
Cuando recibieron la llamada, diciéndoles que formarían parte del grupo escogido, no lo podían creer. La emoción llenó sus corazones y con la maleta repleta de sueños embarcaron rumbo a esta aventura de la cual cada uno tiene su historia. Fueron días intensos, nos cuentan casi al unísono. Cada día era especial, pues tanto los profesores como todo el personal les dispensó un trato especial. Lo dicen también por los conocimientos adquiridos, las nuevas formas de siembra sin pesticidas para cuidar la tierra y ofrecer productos más sanos a sus comunidades.
“Aprendimos mucho sobre el abono orgánico. Allí vimos que no es necesario utilizar tantos productos químicos que le causan daño a nuestro organismo, más bien podemos utilizar abono orgánico, por ejemplo, ya tengo todos los protocolos para comenzar a implementarlo en mis cultivos. Yo me llevé un cuaderno y anoté hasta los anuncios” dice Inés entre risas aludiendo a que no quiso desaprovechar ninguna oportunidad para aprender y que luego estos aprendizajes se quedaran en el olvido.
Próximos proyectos
Los objetivos de los directivos de este programa son seguir expandiendo el proyecto a otras provincias del país y replicar el modelo exitoso que han tenido en los ya existentes. Además, para este 2024 el programa tiene dos grandes proyectos en carpeta:
- Programa Virtual de Capacitación: del 15 de julio al 15 de octubre de 2024, se ofrecerá un programa virtual de capacitación para más de 500 jóvenes. Este programa tiene como objetivo ofrecerles las herramientas y conocimientos necesarios para desarrollar sus ideas de negocio y convertirlas en proyectos exitosos.
- Congreso de Jóvenes Líderes: del 23 al 28 de octubre de 2024, se celebrará un Congreso de Jóvenes Líderes que reunirá a 200 jóvenes de todo el país. Este congreso será un espacio para que los jóvenes líderes compartan experiencias, aprendan de expertos y se inspiren para generar cambios positivos en sus comunidades.
“Aquí fue que se consolidó el plan en mi comunidad porque los jóvenes comenzaron a ver que era cierto, que lo prometido en la reunión, y luego en una feria que se hizo, no eran palabrerías”