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La pequeña guerrera

La pequeña guerrera

La noche que se suponía sería de alegría y emoción, de repente se convirtió en una noche incomprensible y oscura en la que la incertidumbre tuvo un papel protagónico, pues la noticia de que Lifranlly había nacido con un mielomeningocele dejó perplejo a sus padres.

Según la doctora Aracelis Restituyo, quien es pediatra neonatóloga, explica que el caso de mielomeningocele de Lifranlly, hasta el momento, es el primer caso que le ha tocado atender en el nuevo Hospital Municipal de Boca Chica, un centro de salud de segundo nivel, inaugurado por la actual gestión gubernamental.

Este recinto hospitalario trajo consigo la esperanza a las parturientas bocachiqueras, con la creación de una Unidad de Cuidados Neonatales, puesto que el antiguo hospital no contaba con dicha área y servicios; por lo que lo casos que ameritaban de cuidados especializados tenían que ser referidos a otros centros, sin las debidas atenciones primarias para garantizar la vida.

Es por ello, que al nacer Lifranlly con esta condición el personal médico se dispuso a salvaguardar y garantizar su vida, asistiéndole desde esta unidad con los servicios básicos, pero a sabiendas que la niña tenia que ser vista por otros especialistas.

Restituyo explica, que este padecimiento afecta a 1 de cada 4,000 mil bebés y que esta condición es un defecto del tubo neural en el cual los huesos de la columna no se forman correctamente, provocando un conducto raquídeo incompleto, por lo que la médula espinal y las meninges sobresalen de la espalda del neonato.

“Yo soy la perinatóloga que recibió a la niña. Ella nació con una anomalía, casi cerca de su columna, que se llama mielomeningocele, un defecto genético que se asocia a la falta de ciertos nutrientes, pero que se puede corregir. Por eso, desde que nació la bebé y la evaluamos nos dimos cuenta de su condición y como somos un hospital de segundo nivel, hicimos todo el proceso de lugar para transferir a Lifranlly al Robert Reid Cabral, porque estos casos deben ser atendidos por un neurocirujano” explica la doctora Restituyo, quien ha estado de cerca a la niña desde su nacimiento y ha asumido este caso como si se tratase de su propia hija, nieta o sobrina.

Restituyo también narró que, inmediatamente se dieron cuenta del cuadro, el personal médico del área de Neonatología y Pediatría del hospital se puso en contacto con el Hospital Robert Reid Cabral, mejor conocido como el Angelita, porque es un centro de tercer nivel que cuenta con todos los servicios necesarios y el personal correspondiente para tratar el caso de Lifranlly.

“Lo primero que hicimos fue llamar a los hospitales del tercer nivel que cuentan con los servicios para atender estos casos, después de eso nos comunicamos con el área infantil que se encarga del traslado y procedimos. En el Robert Reid, la niña duró aproximadamente tres meses y allá tuvo la corrección. Además, tuvo que ponérsele una válvula peritoneal porque por el mismo mielo ella hizo una hidrocefalia.” agregó Restituyo, quien también afirmó que Lifranlly es una guerrera de Dios.

Los padres de Lifranlly, a pesar de ser personas de escasos recursos económicos mantienen viva la esperanza de ver a su pequeña completamente sana.

Gracias a la ayuda, el seguimiento y las orientaciones del personal médico han podido salir a flote con esta difícil situación, ya que presenta un cuadro delicado en el que se le ha tenido que reemplazar la válvula peritoneal debido a infecciones que han surgido en su proceso de recuperación, típicas en estos casos.

Sobre el servicio y las atenciones médicas recibidas, Francisco Montero, de 48 años y padre de Lifranlly dice que “al principio a mí se me cayó el mundo encima cuando me dijeron el problema que tiene mi hija, pero mi experiencia en el hospital de Boca Chica fue muy buena. Porque ahora tenemos el área Neonatal que antes no existía en el otro hospital, lo que ayudó a que mi hija se salvara en lo que llegaba a un neurocirujano en Santo Domingo. Aquí, también nos hicieron el traslado al Angelita y fue un éxito y gracias al señor mi hija está salva. Hemos tenido que incurrir en algunos gastos adicionales, pero me siento contento porque mi hija está viva”.

Mientras Carmen, la madre, con un corazón lleno de júbilo y esperanzado dice “Yo puedo decir que fui a la guerra, porque esto no es fácil. Lo que hemos vivido es algo fuerte y me imagino que para mi pequeña hija más. Yo he tenido que ponerme fuerte y aferrarme a Dios, pero me siento muy contenta porque mi hija es una pequeña guerrera y tengo la fe en Dios de que si me la dejó es por algo. No sé qué hubiera pasado, si los médicos de este hospital no nos hubiesen canalizado todo lo que han hecho por nosotros”.

Actualmente, debido a la situación económica de sus padres, la pequeña Li, como le dicen sus padres de cariño, recibe de parte del Hospital de Boca Chica el suministro de gasas esterilizadas y algunos medicamentos, de forma gratuita, para ayudarla con el seguimiento y la recuperación plena de su salud.

Orlando Jerez
Sobre el autor

Orlando Jerez

Periodista por elección. Me encanta entablar diálogos con las personas y contar sus historias. Me considero la alegría hecha gente.

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