En la República Dominicana, el tema de la salud psicoemocional siempre ha sido un mito. No solo desde el punto de vista del ciudadano, sino también del estado. Los profesionales de la conducta dicen que la gran mayoría de las enfermedades y trastornos mentales, entre la población mundial de hoy día, se deben al estilo de vida actual o patologías heredadas y predeterminadas en el ADN de cada individuo.
El estrés, ansiedad, depresión y ataques de pánico son solo algunos de los casos y padecimientos psicoemocionales a los que puede enfrentarse cualquier ser humano, los que sin la intervención pertinente de un profesional de la conducta pueden desencadenar en el individuo y su entorno consecuencias adversas y negativas.
Para romper con estos mitos y barreras y ofrecer acceso a programas y servicios de calidad sobre ayuda psicoemocional surge el Centro de Apoyo Psicoemocional (CAPEM) del Ministerio de Educación (MINERD), que ofrece ayuda psicológica y psicoemocional a los estudiantes, maestros, familia, personal de apoyo y toda la comunidad educativa para garantizar su bienestar integral.
Los testimonios… La madre
Dominga Jiménez, es casada y madre de tres niños, que por su seguridad e integridad omitiremos sus nombres. Sus hijos son estudiantes del sistema educativo público dominicano y en el centro donde estudian habían sido amonestados en varias ocasiones por comportamiento inadecuado. La orientadora de la escuela, al ver que los niños presentaban problemas de conducta, los refirió al CAPEM y, a partir de ahí, la historia de Dominga y sus hijos cambió de negativo a positivo.
“Antes, a cada rato me llamaban de la escuela para darme quejas del comportamiento de mis niños porque tenían comportamiento inadecuado, entonces la orientadora del plantel al ver mi desesperación me dijo: te voy a referir a un lugar muy bueno, que es del gobierno y se llama CAPEM y ahí te pueden ayudar. Me dio el número y yo me acerqué a verlo. Entonces, desde hace seis meses estamos viniendo aquí toda la familia, tanto yo y mi esposo, como mis hijos” expresó Dominga, quien también confesó que al inicio de sus terapias estaba algo predispuesta.
“Antes, a cada rato me llamaban de la escuela para darme quejas del comportamiento de mis niños porque tenían comportamiento inadecuado” Dominga
Continúa explicando que “la primera vez que yo vine para tomar la cita, me tocó venir primero a mi, luego mi esposo y ya luego los niños vinieron, se pusieron contentos porque vieron la instalación, que es muy bonita y la señora es muy amable y cariñosa. Al principio yo y mis hijos hablábamos muy rápido, sin pausa y haciendo muchos gestos, pero aquí en el CAPEM la terapeuta nos enseñó a hacer las respiraciones y a reflexionar de muchas formas para controlar las emociones y el comportamiento y la verdad es que eso nos ha ido cambiando. En mi caso, tú no te puedes imaginar, yo hablaba como una carreta, y no me podía, por ejemplo, como dominar. Y también lloraba de todo. Y fui aprendiendo, según me dijo la psicóloga, a grabarme primero para luego verlo y así aprender a manejar mis emociones y tratar a mis hijos” externó Dominga, con la calma y la certeza de que las terapias del CAPEM han influido en ella y su familia.
“Mira, la verdad es que nosotros hemos cambiado, hemos cambiado tanto que nosotros nunca habíamos hecho una cena de navidad en familia” Dominga
Durante la entrevista, Dominga confesó que, anteriormente, en su casa había poca comunicación y unión familiar y que gracias a sus terapias psicoemocionales, con todos los miembros de su familia, el ambiente ha mejorado en todo el sentido de la palabra.
“Mira, la verdad es que nosotros hemos cambiado, hemos cambiado tanto que nosotros nunca habíamos hecho una cena de navidad en familia. Siempre yo me iba para el campo con mis hijos y mi esposo se quedaba, pero la navidad pasada la psicóloga me dijo por qué no te quedas y haces una cena con tu familia. Ese día fue muy bonito y delicioso porque los niños se cambiaron. Después llegó la abuela, que la invitamos a compartir con nosotros e hicimos una mesa redonda. Todo ha sido para bien porque en casa ahora nos pusimos horarios de comer, dormir, hacer la tarea, bañarse, por lo que el CAPEM ha sido de mucha ayuda para nosotros” puntualizó Dominga, quien destacó que el servicio recibido es gratuito.
La maestra nos da su testimonio
Luisa Jacqueline de Jesús es una maestra con más de dos décadas de experiencia en el sector educativo público, impartiendo clases a nivel primario como alfabetizadora. Como todo ser humano, más siendo una docente de una escuela, se ha enfrentado a diversas situaciones emocionales que la llevaron a buscar el auxilio de un profesional de la conducta.
Con un nudo en la garganta y lágrimas que salieron desde lo más profundo de su ser trató de contar su testimonio.
“En mi caso, no sé qué hubiera pasado conmigo si el CAPEM no existiera. Yo pasé por una depresión y tuve algunas situaciones en mi escuela con un estudiante y la directora de mi centro me trajo” Luisa
“En mi caso, no sé qué hubiera pasado conmigo si el CAPEM no existiera. Yo pasé por una depresión y tuve algunas situaciones en mi escuela con un estudiante y la directora de mi centro me trajo, ya que yo tenía una serie de situaciones por las cuales estaba pasando, emocionalmente hablando, yo no estaba bien. Situaciones que se producían en el aula. Yo era una persona poco tolerante y pensaba que tenía la verdad absoluta, pero cuando llego a este centro, con la ayuda de mis terapeutas he aprendido a controlar mis emociones y sobre todo a entender que cada quien tiene derecho a pensar diferente a mí y que yo debo respetar las posturas y pensamientos de los demás” dijo Luisa de Jesús con lágrimas que emanaban de sus pupilas, que recorrían sus mejillas de tez oscura y que ponían en contexto que se encontraba en medio de un abismo del cual fue restacada gracias al CAPEM.
“Yo estoy sumamente agradecida con este centro porque sea lo que sea que están haciendo, eso me ha ayudado y esto es un modelo que debe perdurar y replicarse en todo el país”.
Las terapeutas de aquí han sido chicas muy dulces, muy amables conmigo. Me llaman si se me han olvidado de algunas terapias. O sea, siempre están pendientes. Y eso es bueno, saber que para un grupo de personas eres importante y como eso te ha cambiado la vida. Aquí, me han enseñado a aprender a respirar, yo no sabía respirar y a contar hasta 10 para inhalar y exhalar, para luego yo poder dar una respuesta contundente y precisa ante cualquier situación o crisis” manifestó Luisa de Jesús.
La especialista habla desde su experiencia…
“CAPEM no tiene costo y es para el uso de la comunidad estudiantil de nuestras escuelas, tanto para padres y maestros” Licelot
Licetot Zabala, es una de las terapeutas del CAPEM y resaltó que el centro ha venido a dar respuestas y soporte a los centros educativos del Ministerio de Educación en el tema de apoyo psicoemocional, con la finalidad de promover la salud mental integral, no solo de los niños, sino también de los padres y maestros, ya que muchos casos de niños con comportamiento inadecuado deben ser tratados no de forma aislada, sino integrada entre niños, padres y maestros.
“CAPEM no tiene costo y es para el uso de la comunidad estudiantil de nuestras escuelas, tanto para padres y maestros. Nosotros tenemos diferentes tipos de rutas, dependiendo de cuál sea el servicio que se requiera. Si el servicio es para un menor de edad, la escuela es la que hace el primer referimiento. La escuela, después de haber agotado una cantidad de pasos con su unidad de orientación, entonces nos refiere el caso. Ya si es un tema que se sale del alcance de los orientadores de las escuelas, entonces ellos hacen un referimiento, luego de haber dialogado con las familias. Y llega aquí ese estudiante vía ese referimiento. Cuando es un docente o personal administrativo, entonces hay dos formas: o el docente decide de manera voluntaria venir y solicitar el servicio o es recursos humanos del Ministerio de Educación quien hace ese referimiento” explicó Licelot
Dijo que comparando los servicios de ellos con consultorios privados, una consulta valdría entre dos mil y tres mil pesos dominicanos, mientras que en CAPEM es gratis.
“Por eso queremos hacernos eco y que todo el mundo del sector público sepa que esto existe y que no importa qué situación tenga la persona, le podemos ayudar a mejorar mucho el desarrollo e inteligencia emocional” concluyó Licetot.