Los chicos con sueños de baloncesto en la comunidad de Pueblo Nuevo, Villa Duarte, desgastaban tenis en el caliente y deteriorado asfalto de la cancha en la que recibían sus prácticas, y en la que debían tener descanso cada tres a cinco minutos para que la inclemencia del sol no les carbonizara la piel, ni deshidratara su cuerpo.

 

Los días en los que reinaba la lluvia la pelota paraba de picar, era imposible entrar en el calendario de torneos como anfitriones, no había condiciones para recibir visitantes, a veces, ni la propia casa podía acudir a apoyar. 

  

Tras décadas esperando un espacio techado para poder jugar, Pueblo Nuevo hoy se enorgullece de ser anfitrión de torneos de baloncesto y de sumar disciplinas como el voleibol, balonmano, fútbol y judo a su oferta.

 

Hoy la comunidad agradece que la infraestructura entregada por el Ministerio de Deportes de la presente gestión haya superado sus expectativas, con un polideportivo techado en su totalidad, piso flexible, ecológico, de bajo mantenimiento y que favorece el impacto en el jugador, así como tablero aéreo como los utilizados en la NBA, gradas remozadas y luces que permiten jugar a cualquier hora. 

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Sonriente, Augusto Martínez, presidente fundador del Club Pueblo Nuevo, Villa Duarte

Su presidente fundador, Augusto Martínez se remonta a aquellos años en que practicaba en el mismo espacio en el que nos encontramos y nos describe que “era un terreno baldío, antes de la intervención del Ministerio de Deportes la cancha estaba deteriorada, era abierta y no tenía las facilidades que tenemos ahora con el bajo techo. Aquí se ejecutó lo que es le techado de la instalación deportiva. Se elimino lo que se llama tablero, soportado por las llamadas jirafas y se cambió por un tablero transparente, tipo como los de la NBA”.

 

Nos refiere que el espacio no solo ha sido un alivio para los jóvenes deportistas, sino que ha incentivado a la creación de las ligas añejas, compuestas por personas mayores que antes se limitaban a jugar en sitios abiertos o con piso de cemento.

 

“Este club tiene una vida larga en el baloncesto y tenemos un gran récord deportivo y necesitábamos que el club estuviera a nivel de nuestros atletas. Desde que llegó este gobierno, nuestro reclamo fue atendido y se iniciaron las obras”.  

 

Este abogado de profesión y padre de dos hijos, confiesa que el polideportivo es su tercer hijo y que al principio el primer incrédulo fue él, puesto que había sido una larga lucha para que se hiciera realidad y de la misma manera reaccionó la comunidad. Este club está en el centro de esta comunidad y se constituye como un parque de recreación y deportes. Todos los niños y adultos que quieren hacer algo ahora pueden venir aquí, porque esto es el pulmón de la comunidad. Pero cuando la comunidad vio esto hecho realidad, lo recibe con beneplácit.

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Rigoberto Vásquez, cuenta como su adolescente de 16 años creció en el viejo club y hoy su pequeño de 9 años
entrena en el nuevo polideportivo.

Esta misma incredulidad la sentía Rigoberto Vásquez, padre de dos hijos que juegan en el club. “Yo como padre pensé que la remodelación sería como pintar y cambiar los aros de las canchas. Jamás pensé que sería una remodelación de esta envergadura. La gente decía que la cancha se pondría más bonita y que iban a haber más actividades”.  

 

A él le acompaña su hijo Moisés, de nueve años, quien hoy disfruta de la comodidad que no le tocó vivir a su hermano de 16 años. Cuando les preguntaba a mis hijos si iban a ir a practicar me decían que no, porque el sol les pegaba muy fuerte. Pero ahora que pusieron el techado, me cambiaron la versión. Ahora soy yo que tengo que controlarlos para que pasen más tiempo en la casa que en la cancha”.  

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José Miguel Arnan, juega desde los nueve años y cuenta que el sol le gastaba los tenis

La misma frase escuchamos de los labios de José Miguel Arnán, a quien todos conocen como “La lata” como resultado de lo “latoso” que su padre decía que era cuando pequeño. “La lata” comenzó a jugar a los nueve años en el Club Pueblo Nuevo y hoy, adulto, devuelve lo aprendido sirviendo como instructor. Los padres ahora tienen que venir a buscar a sus muchachos a la cancha, porque desde que se levantan es en la cancha, hasta la hora que se van a dormir. Esto es algo que está sacando a los jóvenes de la delincuencia y los problemas en la calle”.  

 

Este apasionado del baloncesto, que usa el pelo recogido al estilo sumo, se ríe al recordar cuando iba a aquella vieja cancha, “a gastar tenis, porque uno jugando aquí con ese sol, era mensual que uno tenía que comprar tenis, sin recursos”.

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Maritza Acevedo, entrenadora categoría menores, mini basket y benjamín

En medio de un pequeño torneo, en el que Pueblo Nuevo es anfitrión, encontramos a Maritza Acevedo, quien lleva 18 años en el club y 15 como entrenadora de las categorías menores, mini basket y benjamín, con entereza nos dice que “teníamos nuestro sueño de un techado, con años solicitando a las autoridades de turno, era un sueño del que nunca nos cansamos, ya que teníamos los méritos necesarios y esperábamos que un día nos dijeran que nos iban a premiar por nuestra entrega a la comunidad y hace un año nos dieron este regalo”.

Mientras Maritza habla los niños le custodian, “soy como una segunda madre”, dice con orgullo. Sus prácticas, para los chicos de 6 a 12 años tienen una duración de hora y media, dos veces a la semana, que ahora puede dar completas y corridas. “Mi horario es a las 3, como comprenderás el sol es muy fuerte, yo daba tres minutos y descansábamos o si llovía no podía darla, pero ahora doy mi práctica completa. Como maestra de categoría menores tengo un compromiso social, ese es mi amor. Pienso que la comunidad se beneficia de la labor que hacemos aquí, dándole a los niños algo qué aprender, también les ayudamos en el comportamiento, porque se le da disciplina y deben comportarse por la regla”. 

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Ahora que la alternativa de un polideportivo está, se les puede pedir un cuerpo sano, para una mente sana

El rostro se le ilumina y rebosa una sonrisa de sus labios cuando intenta explicarlos el sentimiento que le brota cuando sus chicos ganan alguna contienda. “Cuando los chicos ganan mi sentimiento es de felicidad, porque ver que esos niños a los que yo veo tres horas a la semana han sido como una esponja y han absorbido bien lo aprendido.  Cada ser humano tiene una posición en la sociedad y a mí me tocó ser entrenadora de baloncesto, he desarrollado una buena amistad con ellos, porque soy como una madre y en los torneos ando con mis pollitos”, comenta.

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Ahora que la alternativa de un polideportivo está, se les puede pedir un cuerpo sano, para una mente sana

Rigoberto está en las gradas junto a Moisés, han terminado de ver la contienda en la que los pequeños no lograron salir airosos, mas ambos disfrutan de una mañana en la que pueden compartir en un sano espacio. “Una de las ventajas que tenemos con el club deportivo es que por aquí solo tenemos este club. Es algo satisfactorio, sobre todo para los padres que sabemos que nuestros hijos no andan deambulando, sino que están aquí en el club ejercitándose y haciendo actividades deportivas”, refiere este padre.  

 

Y es precisamente este el objetivo de sus dirigentes y entrenadores, ofrecer a los chicos otra alternativa, una que les sume a su salud física y emocional, el deporte.

 

“Yo nazco de una plataforma deportiva y como yo, mucho de esos muchachos se han formado a través de las orientaciones deportivas, ya que el deporte va acompañado de gente con valores, atrae a los muchachos y a través de esa atracción uno le puede inculcar los valores y los principios. Si los estados se dieran cuenta del beneficio de tener estos espacios yo creo que llenaran el país de clubes porque esto ayuda a contrarrestar todos los males sociales porque los clubes son un punto de sanidad contra la delincuencia y las drogas” 

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Rogelio de Peña, miembro fundador del club y dirigente categorías intermedio y juvenil

Rogelio de Peña, miembro fundador y dirigente de categorías intermedio y juvenil, coincide con Augusto al hablar de la importancia del deporte en la vida de los jóvenes. “El deporte es un enorme aliado en la lucha contra la delincuencia y los malos pasos. Cuando un joven está aquí después de una hora a hora y media, las siguientes dos horas la pasa descansando y el otro tiempo lo pasa pensando en lo que hizo, así que un centro deportivo es como un hospital o sanatorio, te sirve para recuperar muchos individuos que pueden estar en malos pasos, además previene muchísimos tipos de enfermedades, así que el deporte es un aliado enorme de la policía, de educación, del ministerio de salud, es un compendio”.  

MIDEREC

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Danny Martínez, coordinador municipal del Ministerio de Deportes SDE

Danny Martínez, coordinador municipal del Ministerio de Deportes Santo Domingo Este, explica que esta obra se desprende de una instrucción, por parte del Presidente, de hacer un levantamiento en todas las instalaciones deportivas, a para llevar el deporte a los barrios a fin de combatir la delincuencia.

 

“Las condiciones en que estaban los clubes en este municipio no eran las mejores, ya que las instalaciones no estaban cómodas para hacer deportes. En este club de Villa Duarte, encontramos todo en mal estado.  No tenían pintura, los aros y tablero estaban deteriorados.  Las gradas y los pasamanos estaban en muy malas condiciones”.

 

Manifiesta que, tras el reporte entregado al ministerio, se puso manos a la obra con los trabajos de remozamiento y techado del lugar.

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Chico encestando en la canasta

Esta obra fue realiza con un valor estimado de 10 millones de pesos. Esta era una cancha abierta de piso duro y tableros de fibra, aquí se hizo el techado, se pusieron los parales del aro que son colgantes y se le puse un piso flexible. Aquí se remozaron todas las partes externas. Lo mejor de todo es que ahora aquí se puede practicar y hacer actividades deportivas a todas horas”.  

 

Expone que no solo se trató de un tema de infraestructura, sino que, además, “se dejó la utilería para usarse en el club y se han facilitado los monitores para las prácticas deportivas y conserjes para mantener la limpieza”.  

 

La ventaja de tener una cancha techada, nos explica, es que esta se convierte automáticamente en una cancha multifuncional, ya que pueden usarse para jugar, voleibol, baloncesto, aeróbicos; y las ligas añejas, que son personas que no juegan en canchas abiertas también pueden jugar aquí. “O sea, que esto es un multiuso que se le pueda dar uso para que se acoja a la necesidad del sector en el momento”.

 

Y no exagera al decirlo, Maritza manifiesta que en el barrio Pueblo nuevo existen siete iglesias y que aprovechan el espacio para solicitar hacer sus campañas religiosas, además de que se han realizado bodas y hasta conciertos cristianos. “Esto es de todos”, concluye.

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Sobre el autor

Abdia Acevedo

Me asfixié del lápiz y el papel a los 15 años. Me casé con el periodismo a los 24, como todos, para intentar salvar el mundo y la pasión desahució mi bolsillo. Amante de la poesía, de la carretera y el turismo de cercanía.

cultivador de Hato Mayor, Por amor a la tierra
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