La transformación de las zonas francas ha sido una apuesta del gobierno dominicano para lograr cifras históricas en la generación de empleos. Es una prioridad del presidente que no solo se circunscribe a cantidad sino a la calidad de los mismos, en beneficio de los trabajadores.
El trabajo realizado es más que evidente. En toda la geografía nacional se ha levantado, reorganizado y acondicionado los parques industriales, dirigidos por ProIndustria, para ser coherente con los objetivos y metas presidenciales. Tal es el caso del Parque Industrial de La Vega.
A la llegada de la presente gestión, el parque tenía muchas oportunidades de mejora que, en estos casi tres años de gobierno, han sido atendidas y superadas. Reparación de naves, construcción de nuevas, llegada de más industrias para instalarse en el recinto, muchas de ellas marcas internacionales de gran renombre, entre otras acciones, han sido parte del plan para rescatar esta importante fuente de empleo para la comunidad.
Para conocer estos cambios y, de manera específica, hablar con la gente y sean ellas las que nos cuenten qué ha significado el rescate de esta fuente de empleos, dirigimos nuestros pasos a la culta, olímpica y carnavalesca ciudad de La Vega.
Allí nos recibió Rocío Ángeles, administradora del parque. Junto a ella recorrimos las instalaciones, obteniendo de primera mano, informaciones que nos hablan de esperanza, dinamismo y oportunidades. A la llegada de esta gestión de gobierno, el recinto tenía un total de 2,300 empleados, hoy esta cifra casi se duplica al tener una planilla de 4,300 puestos de trabajo activos. Esto se traduce en un cambio significativo para las distintas comunidades que bordean el espacio industrial, aumentando el poder adquisitivo de su gente y por ende aumentando su calidad de vida.
Con Rocío visitamos una de las 25 industrias instaladas: Five Star Enterprises LTD. Es una compañía con una matrícula de 1,045 empleados fijos. Dedicada al diseño, producción y exportación de botas, de unos 50 modelos diferentes, a los Estados Unidos, un buen ejemplo de excelente gestión.
Conocer todo el proceso, desde el diseño hasta el empaque de estos calzados, es fascinante. Ver en acción a estos, jóvenes en su mayoría, cada uno en sus posiciones, aportando para cumplir la meta de crear, desde cero, unos tres a cuatro mil pares diarios, es digno de contar.
Allí conocimos varias historias que nos inspiraron, pues hablan de fe, esperanza y dignidad. Rosa Julia Ángeles es una de ellas. Con 41 años de edad, ya tiene poco más de año y medio laborando para la empresa. Califica su ingreso como una bendición, pues aquí ha encontrado mejores condiciones de trabajo, mayor remuneración económica y beneficios nunca antes percibidos. Narra que antes de entrar a trabajar aquí se dedicaba a laborar en casas de familias, un empleo muy demandante, y lamentablemente, poco remunerado. En este tiempo que lleva aquí ha podido ver cambios significativos en su calidad de vida.
Rosa es madre de tres hijos. El mayor de ellos padece una enfermedad autoinmune conocida como colitis ulcerosa. Las constantes ausencias a su empleo para dedicar tiempo a su hijo, no ha sido objeto de mayores complicaciones ni incomprensión por parte de la empresa, todo lo contrario, dice que ha visto una respuesta positiva, como una verdadera familia que apoya al empleado en momentos como el que le ha tocado vivir en varias oportunidades.
“Yo he sabido ausentarme de mi trabajo hasta por 15 días. Yo hablo con Fernando Domínguez, que es el gerente de Recursos Humanos, y me dice que esté tranquila, que me tome el tiempo que yo entienda que necesito. Por eso digo que aquí he encontrado unas personas que están allí para ayudar cuando uno más lo necesita” Rosa Julia
Esto lo comenta con la emoción a flor de piel, pues bien sabe que quizás en otro empleo no hubiese sido igual, al menos, así lo piensa. Valora el buen ambiente de trabajo, la camaradería entre compañeros de labores y el buen trato de los ejecutivos que contribuyen al saludable ambiente laboral al que todo trabajador aspira.
Estas mismas condiciones de respeto y flexibilidad con el horario y las circunstancias de cada empleado, también son resaltadas por Orlania García. Tiene 24 años de edad y dos trabajando para la industria. Es madre soltera de una niña de tres años. Comenta que al nacer su niña y separarse de su pareja tuvo que buscar la manera de generar recursos para no ser una carga para sus padres. Por su hija, tocó las puertas de la empresa para obtener empleo en alguna de las áreas en la inmensa nave que les alberga. Al poco tiempo de su solicitud, recibió una respuesta positiva. Desde entonces ha hecho camino en esta empresa. Dice sentirse productiva, pues ahora que genera recursos puede satisfacer las necesidades propias y de su hija.
Este empleo le ha permitido también estudiar. Se ha matriculado para cursar psicología clínica. Con este empleo le es posible pagar sus estudios y poder seguir mejorando su calidad de vida.
“Se siente muy bien ver el resultado final. Me quedo sorprendida, nunca pensé que con mis manos iba a contribuir para realizar unas botas para mandarla fuera del país” Lina
Lina María Frías, tiene dos años trabajando en la empresa en el puesto de operaria. Su trabajo, como todos los demás, es sumamente importante, pues es una cadena y todos colaboran para lograr el objetivo de cada día, que no es otro que elaborar un producto de calidad con los más altos estándares, y lo mejor de todo es que es hecho aquí en nuestro país, por manos dominicanas, como las de Lina.
“También me siento bien con los compañeros y los ejecutivos. Hay un momento para cada cosa, hay momentos para relajar y hay otros para trabajar, ese balance es positivo para nosotros”, argumenta.
Otro de los puntos que resalta Lina en su discurso es que no importa si en la empresa hay familiares trabajando para darle la oportunidad a las personas. Lina comparte oficio con su padre, hermanos y primos, lejos de ser un obstáculo, ha sido más bien, un impulso para ella dar lo mejor.
“A mí siempre me ha gustado trabajar, antes en mi casa cuidaba niños, pero no es fácil estar siempre en la casa, es bueno que la mujer salga, se independice” relata convencida, pues tuvo que sacar fuerzas de donde no había para poder “echar para adelante” a sus hijas, tras la lamentable muerte de su esposo, que también trabajaba en la empresa.
“Somos de escasos recursos, pero ya puedo decir que mis hijas van a avanzar, creo que puedo darles mucho más ahora que trabajo aquí”, puntualiza.
Otra historia que conocimos corresponde a Kirsys Díaz Mejía. Igual que muchas de sus compañeras apenas tiene dos años en la empresa. Se suma a la opinión de que su vida ha cambiado desde que obtuvo este empleo, pues con lo que gana puede ayudar a su esposo en los distintos compromisos del hogar que deben asumir.
“Yo vine buscando empleo, en ese momento no había disponible, pero al poco tiempo regresé y sí ya había vacantes. Vine porque, aunque tengo mi pareja, el sueldo de una sola persona no es suficiente para una casa, por eso decidí trabajar. Tengo dos años como operaria haciendo la lengua de las botas. Cuando solo trabajaba mi esposo, lo que él ganaba solo daba para la comida, pero ahora, sumándole mi sueldo también, ha mejorado la calidad de vida, estamos haciendo nuestra casita, para darle un mejor futuro a mi hijo de ocho años de edad”, dice emocionada.
Kirsys quiere estudiar administración de empresas, está convencida de que lo puede lograr ahora con un empleo estable. Reconoce que no es fácil, pero no por esto imposible. Nunca se imaginó que aprendería a coser y este trabajo le ha dado la oportunidad de aprender algo nuevo.
Casi al finalizar nuestra visita, tuvimos la oportunidad de recoger impresiones del señor Pedro José Tapia, gerente de Calidad de la empresa. Enumera la cantidad de avances y buenas acciones que se han implementado en el parque con la llegada de este gobierno. Reconoce que el parque opera con criterios bien definidos que redundan en bienestar para todos los usuarios.
A estas palabras se suma Rocío para darnos la primicia de que se ha firmado un convenio con el Ministerio de Educación a través del Instituto Nacional de Atención Integral a la Primera Infancia (INAIPI) para construir en sus terrenos, una estancia infantil. Esta noticia, por supuesto, será un gran alivio para todas las madres que laboran en el parque, pues pondrá dejar a sus hijos bien atendidos y cuidados en el mismo espacio de su trabajo. Esto, les ahorraría tiempo y dinero, pues muchas tienen que pagar para que los cuiden en condiciones no adecuadas para el bienestar de los infantes. Esto es cambio.
“Cuando solo trabajaba mi esposo, lo que él ganaba solo daba para la comida, pero ahora, sumándole mi sueldo también, ha mejorado la calidad de vida, estamos haciendo nuestra casita, para darle un mejor futuro a mi hijo de ocho años de edad” Kirsys