Para nadie es un secreto, que en la República Dominicana un sinnúmero de familias viven en condiciones muy precarias y en lugares inhóspitos, mejor conocidos como “Cañadas”. Estas son aquellos conductos descubiertos por donde corren aguas negras y de lluvia, que se convierten en un foco constante de contaminación debido a la presencia de basura y aguas residuales.
Durante décadas estos comunitarios vivieron con el agua “al pecho”. Pasaron las mil y una malas y largas noches en vilo total. La insalubridad acompañada de todo tipo de enfermedades estaban a la orden del día y les merodeaban sigilosamente sin importar raza, edad, color ni sexo.
“Aquí habían venido muchas veces, con muchos proyectos, y nunca se hizo nada. Aquí no se aguantaba el mal olor y estaban contadas las casas que eran de concreto” Felipe
En esta ocasión, el equipo de “Las Crónicas del Cambio” se trasladó para conocer los trabajos de saneamiento de las cañadas de las comunidades de Altos de Sabana Perdida y Lotes y Servicios del municipio Santo Domingo Norte; así como de Cancino Adentro y Cachón Oeste, Santo Domingo Este.
Inundaciones, condiciones de insalubridad, enfermedades y peligros de todo tipo acechaban constantemente a los habitantes de los sectores antes mencionados.
Pero gracias a la actual gestión estas comunidades vieron la luz en medio de la desesperanza y, producto de la obra de saneamiento de estas cañadas sus condiciones de vida cambiaron para siempre, marcando un antes y un después.
Ese día hacía un sol radiante y el reloj marcaba las 8:30 de la mañana y ya Ramona Capellán, quien es la presidente de la Junta de Vecinos Altos Sabana Perdida, aguardaba por el personal de rodaje de “Las Crónicas del Cambio” para contar con ansias su testimonio y el cambio de vida que representa para su comunidad la magnitud de esta obra que favorece a más de 800 familias en dicho sector.
“Teníamos más de 20 años esperando por esa obra y gracias al actual presidente esto es un sueño hecho realidad. Aquí estamos felices y vivimos como príncipes y princesas porque antes teníamos un foco de contaminación y muchas enfermedades, pero ahora vivimos en mejores condiciones. También nos sorprendieron porque nos hicieron las casas que estaban en mal estado. La comunidad se siente muy alegre porque nadie pensó que el proyecto sería así” manifestó Ramona, quien también agregó que antes tenía que abandonar su casa cuando se inundaban y pagar alquiler para resguardarse.
“Cuando llovía era terrible, antes yo amanecía sacando agua, pero ahora vivo tranquila” Felipa
Otra de las comunitarias que no vaciló ni un segundo para contar su testimonio fue doña Felipa Betemí, alias Nina, quien se gana la vida vendiendo helado desde su humilde hogar.
“Esta comunidad está muy agradecida porque nos quitaron esa cañada con mal olor y aguas negras. Cuando llovía era terrible, antes yo amanecía sacando agua, pero ahora vivo tranquila. En días pasados, cuando llovió mucho, vino un ingeniero de la obra y me dijo: Nina, -¿se le entró el agua a la casa?- Le dije que no, que ni una gota. Y me dijo: -ah pero usted vive mejor que en el Piantini, y le dije para la Gloria de Dios-” relató Nina de manera jocosa.
En el sector de Lotes y Servicios, el equipo conversó con Gloria Estela Echavarría, una líder comunitaria que se siente muy agradecida por esta gran obra física.
“Aquí vivíamos con un mal olor terrible y cuando llovía las casas se nos inundaban hasta el techo y estábamos desesperados. Pero gracias a este bendito proyecto ha cambiado nuestra calidad de vida y estamos viviendo de manera digna” aseveró Gloria, quien dijo que esta obra impactó a unas cinco mil personas que viven en los alrededores de la cañada del sector.
“Los moradores de aquí jamás imaginaron que esto iba a cambiar a la forma que está ahora” Felipe
Luego de culminar la visita por los sectores de Santo Domingo Norte, la ruta del cambio continuó hacia Cancino Adentro, en Santo Domingo Este, donde los trabajos de saneamiento de cañadas, remozamiento y construcción de casas también se realizaron, con la finalidad de cambiar las condiciones de vida de estos munícipes.
Félix Salvador Morel, residente del lugar, confesó que tenían más de 20 años esperando por la obra. “Aquí donde estamos parados, antes no se podía caminar, había mal olor y las casitas estaban en mal estado. Pero aparte de que nos sanearon la cañada nos hicieron las casas y lo mejor es que nos instalaron las tuberías de agua y ahora hay agua casa por casa, ya que antes tenía que comprar camiones de agua y cargarla en cubeta hasta mi casa porque los camiones no entran hasta mi casa. Ahora esto ha sido un cambio para bien” reflexiona Félix.
Mientras se rodaba el testimonio de Félix, don Felipe de Jesús, cariñosamente Fausto, irrumpió el set. Con gran ímpetu, buen dominio de la palabra, y del tema, pidió dar su testimonio.
“Aquí donde estamos parados, antes no se podía caminar. Nos sanearon la cañada, nos hicieron casas e instalaron las tuberías de agua y ahora hay agua casa por casa” Félix
“En primer lugar, esto cambió cuando Luis Abinader asume la presidencia. Aquí habían venido muchas veces, con muchos proyectos, y nunca se hizo nada. Aquí no se aguantaba el mal olor y estaban contadas las casas que eran de concreto, casi todas eran de zinc, y ahora todas son de blocks” dijo don Felipe.
Finalmente, durante el recorrido por el Cachón Oeste, don Edilio Mejía, fue el residente del lugar quien habló en representación de los vecinos de la cañada de este sector.
“Yo tengo viviendo en este lugar 32 años. Mis vecinos y yo vivíamos en unas condiciones que no eran para humanos, porque había un mal olor, basura, enfermedades como asma, leptospirosis y alergias. Muchas veces pasábamos sustos con los niños porque jugaban en la orilla de la cañada y se caían y se cortaban o partían la cabeza y había que salir muchas veces corriendo al hospital, sin tener dinero. Siempre que las casas se inundaban de agua se nos dañaban las estufas, neveras y camas y había que salir y dejar todo para no ahogarnos. Pero ahora, la comunidad se siente contenta y feliz con esta obra que nos hicieron para todo el barrio” puntualizó don Edilio.
“Ahora no vivimos con ese temor de salir huyendo pensando que las casas se nos van a inundar otra vez” Edilio