Santo Domingo Cambio Social Video

El sueño de crear y creer

A pesar de los golpes José Plácido dijo que tenía un sueño, crear un dispositivo que solucionara el robo de motores en el país y decidió creer en él. Muchos se burlaron de él, con solo 13 años durmió en las calles y de su decena de amigos de infancia el 80 % ha muerto o cumple penas en la cárcel.

Nacido y criado en Cristo Rey, la motivación de José nada tenía que ver con dinero, repite una y otra vez que “era un tema muy personal”, uno de sus grandes amigos fue asesinado de un disparo frente a sus ojos, cuando se resistió a que le robaran el motor con el que mantenía a sus tres hijas.

las cronicas del cambio

José ya cargaba con demasiados traumas y dolor, pues nos dice que guardaba mucho rencor porque su padre lo abandonó y, a pesar de haberse ido de la casa por problemas de conducta, le guardaba resentimiento a su madre. 

Sin embargo, su postura fue asumir que “los traumas se sanan voluntariamente, si tomo mi trauma y busco culpables yo no llegaba a un fin. Entre el vaivén de la vida fui a un centro de internet y el dueño me dijo que me iba a quedar allá trabajando y que iba a estudiar. Comencé a aprender, a armar y desarmar un computador 100 veces, porque me mandaban y para tú dar los pasos de los cambios debes ser obediente”.

Es así como José inicia un camino que lo llevaría no solo a convertirse en emprendedor, sino también en inventor. Me inscribí en Prepara y en la MBA donde daban carreras de Microsoft, ahí hice 11 cursos, tú no tienes que decir: yo no soy arquitecto, no voy a hacer un cuadrito”.

las cronicas del cambio

El ‘yo no soy’ es una excusa, la motivación y ejecución fue lo que me ayudó a mantener la perseverancia

Tras la muerte de su amigo, José decidió crear un candado electrónico, que funcionara con bluetooth y mediante una aplicación accionara un émbolo que trancara la pieza del tambor, evitando así que la motocicleta avanzara. 

“En principio recogíamos latas de salsa, planchuelas, tubo, tratando de buscar esa solución. El verlo en una lata de salsa de ocho pulgadas y creer que funcionaría es lo irónico del emprendimiento, que tienes fe, sin saber si va a funcionar, si alguien lo va a comprar, si se va a vender, si le va a interesar o te van a apoyar”.

las cronicas del cambio

Expresa que el tema del apoyo fue su calvario, ya que su socio era quien trabajaba y a veces le daba porciones para que él hiciera lo que tenía en la cabeza, aunque no entendiera lo que le explicaba. De aquel primer intento con la lata de salsa pasaron a un vaso de metal, se ríe al decir “en los que se bebe chocolate”.

Continuaron avanzando poco a poco, hasta llegar a un prototipo, buscaron un motor prestado, su amigo haría accionar el dispositivo con la tarjeta, mientras José bajaba una cuesta, cuando intentaron encenderlo el motor no funcionó, pero se flojó el dispositivo y al hacer contacto con los rayos lo tumbó y le cayó encima, pero él estaba feliz, “ahí vi que funcionaba”.

las cronicas del cambio

Emprender a veces se vuelve irónico, porque a pesar de las necesidades de tu casa, en tu entorno no es tan fácil. El emprendimiento tiene facetas diferentes, el emprender por tratar de sanar un dolor es diferente, porque enfrentas el reto de la familia, la localidad.

Terminó una lucha y comenzó otra

Tras la recomendación de un amigo de su tío se enteró que debía patentar el dispositivo, por lo que comenzó a reunir papeles y caminar tres a cuatro veces por semana a ONAPI, en la Plaza de la Bandera, para registrar su invento.

Luego de un largo camino finalmente llegan a Proindustria. “Seguíamos dando viajes a la Plaza de la Bandera, y todo lo encontraban muy interesante pero nunca hubo un incentivo ni para almuerzo, recuerdo que cuando reclamé eso me dijeron que no había fondos para emprendimientos. Luego estalla la pandemia y todo se detiene, para mí ya ahí había acabado todo”.

las cronicas del cambio

El cambio que lo cambió todo

José había perdido cualquier esperanza sobre aquel sueño que durante años fue su motor para mantenerse en pie a pesar de las adversidades, había comenzado a olvidar todo, hasta que un día recibió la llamada que le cambió la vida.

“Yo no llamé a Proindustria, en esta gestión ellos me llamaron a mí, el señor Ulises me dijo que pasara por allá que tenían toda la intención apoyarme y yo sin creer mucho, porque venía con un trauma de cinco años, pasé y en dos años ya mi proyecto está listo y licenciado por una empresa multinacional”.

las cronicas del cambio

Cuenta que la institución, lo acogió como un hijo y le expresaron que no dudara en solicitar todo lo que necesitara, que había presupuesto. “La comida y los pasajes estaban ahí, yo estoy feliz. Yo pedí esos 130 mil para una pieza, pensando que me iban a mandar para mi casa y me dicen: pase por aquí a buscar un cheque, y después llamo que hacen falta 35 mil y me dicen, tenga”.

Se desahoga contando que “es difícil ver que te dicen que no hay fondo cuando sabes que lo hay, me causa mucho dolor saber que yo duré cuatro años y el proyecto nunca progresó y aquí tengo dos años y mi proyecto lo tiene el taller más grande de Latinoamérica, que se llama PCM, porque el dispositivo con el que promovemos nuestro país, que es una patente territorial, eso es algo grande. Mire, yo vivía aquí en Cristo Rey y ya no vivo aquí, las cosas van cambiando”. 

Recuerda como hace justo un año, en la Feria de Innovación de Proindustria, le dijeron que le pondrían un stand con un motor para que exhibiera su dispositivo.

las cronicas del cambio

También me pagaron un video y todo lo relativo han metido la mano y me crea confianza, porque no hay un momento en el que te halen para una habitación y te pregunten “cuánto hay para mí.

Su foto de perfil en el Whatsapp todavía atesora el momento en el que el Presidente de la República se acercó y le presentaron el dispositivo. “Él dijo: termínenlo, para darle el seguimiento final”.

Como quien espera en una feria escolar a que le compren su producto, así esperaba José que alguien se acercara interesado, hasta que finalmente pasó. “Se acercó a mí el señor Pancho Rodríguez de Tecogrup, que junto a WIM y la PCM son una sociedad en Santiago que apoya los emprendimientos, entonces hicimos lo esperado, de mi parte se le entregó la licencia de explotación y realmente en ese momento tuvimos un sueño cumplido, luego de ahí todo cambió”. 

“Cuando otorgas la licencia de una patente resuelves todos tus problemas de forma inmediata, porque en el apoyo de los inversionistas, a parte de lo económico también está lo moral”.

las cronicas del cambio

¿Qué le puedo yo decir a los emprendedores? Se dice José a sí mismo mientras se ríe, luego agrega el cierre perfecto de esta historia. “Crean en sus sueños, por más difícil que vean los obstáculos que se olviden de todo lo que ven en su entorno y ejecuten su sueño, porque realmente yo soy un emprendedor que logró un sueño en unas condiciones muy difíciles, entonces tú que eres emprendedor lo que tienes que hacer es enfocarte”. 

Siete años de Plácido

  • Más de 5 años duró José Plácido dando viajes intentando que su proyecto fuera apoyado
  • En 2 años el dispositivo antirrobo de Plácido está listo y licenciado para comercializarse
  • Con una lata de 8 pulgadas diseñó José el primer intento de prototipo del dispositivo

las cronicas del cambio

“Crean en sus sueños, por más difícil que vean los obstáculos, que se olviden de todo lo que ven en su entorno y ejecuten su sueño”

Avatar
Sobre el autor

Abdia Acevedo

Me asfixié del lápiz y el papel a los 15 años. Me casé con el periodismo a los 24, como todos, para intentar salvar el mundo y la pasión desahució mi bolsillo. Amante de la poesía, de la carretera y el turismo de cercanía.

La escuela de la alegría
Entrada anterior

Paciente sonriente luego de consulta
Próxima publicación