Desde su fundación el transporte y la movilidad en Los Alcarrizos, un municipio de la República Dominicana ubicado en la provincia de Santo Domingo, fueron sinónimo de caos, desorden, inseguridad y tráfico congestionado.
Los Alcarrizos ha experimentado un crecimiento demográfico significativo en las últimas décadas y es un importante centro urbano en la región. Es por ello, que con el paso del tiempo, para los munícipes movilizarse en un transporte digno y seguro era casi imposible por la falta de vías de acceso y autobús o sistema de transporte integrado, que les permitiera desplazarse de un lugar a otro para realizar sus diligencias y diferentes actividades.
“Lo que quiere decir que si tenías que llegar a las ocho de la mañana a un sitio, tú tenías que levantarte a las cinco de la mañana, ir al control a tomar la guagua y después contar unas dos o tres horas de viaje para llegar a tu destino final” Juana
Para todos los países, sin excepciones, el transporte juega un papel fundamental en las sociedades modernas, al facilitar la movilidad de personas y mercancías, permitiendo el comercio, el turismo y el acceso a servicios y recursos. Hoy por hoy Los Alcarrizos vio cumplir el sueño de tener tener un transporte digno, seguro y asequible a través de el teleférico, un sistema de transporte que impactará a más de 400 mil personas.
Historias que contar…
“Antes, en la guagua se armaban líos con pistolas, asaltaban a la gente, uno tenía que aguantar muchos empujones y, pues, uno se subía con temor” Juana
En la estación Puente Blanco, la tercera en dirección norte-sur, la producción acordó encontrarse con doña Juana Bautista Adames y doña Angélica Espinosa, ambas líderes comunitarias de Los Alcarrizos, con más de cuatro décadas residiendo en dicho lugar.
Las manecillas del reloj marcaban las 3:40 p.m. de una calurosa tarde de enero e invierno, como si se tratase de un verano cualquiera y no de Nueva York, sino de Santo Domingo; ciudad que registra altas temperaturas durante todo el año, sin importar la estación. Y es justo allí, en ese sol caribe donde doña Juana relata su testimonio con todo el ánimo y la buena fe del mundo.
Juana comentó que es maestra jubilada con más de 30 años de experiencia y 40 morando en Los Alcarrizos, específicamente, en el sector de Los Libertadores. Dijo que, desde siempre, movilizarse en transporte público dentro de este lugar era una travesía tediosa y peligrosa. Afirma que tenía que caminar unos 30 minutos diarios para poder tomar la guagua e ir sentada.
Asalto, discusiones, acoso sexual, problemas y líos de diferentes índoles eran de las situaciones que Juana mencionó como ejemplos del calvario en que vivían los municipes.
“Cuando este barrio lo fundaron, para tomar el transporte y poder sentarme caminaba varios kilómetros para llegar al control y encontrar una guagua vacía, sin contar después, que para salir de Los Alcarrizos el trayecto era de una hora por el tema de los tapones. Lo que quiere decir que si tenías que llegar a las ocho de la mañana a un sitio, tú tenías que levantarte a las cinco de la mañana, ir al control a tomar la guagua y después contar unas dos o tres horas de viaje para llegar a tu destino final” rememoró doña Juana, al mismo tiempo que resaltó las bondades, importancia y los beneficios del teleférico de Los Alcarrizos.
“Ahora viajamos a nuestro destino con la certeza de que no nos va pasar nada. Además, estamos ahorrando tiempo y dinero” Juana
“Antes, en la guagua se armaban líos con pistolas, asaltaban a la gente, uno tenía que aguantar muchos empujones y, pues, uno se subía con temor, pero ahora esto ha dado un cambio del cielo a la tierra, porque ahora es todo lo contrario tenemos un transporte digno y seguro, confiable, barato y organizado. Al principio la gente tenía miedo de subirse, pero ahora la gente ha aprendido la cultura del teleférico y tú ves en la hora pico que la gente hace su fila y se monta de manera organizada. Ahora viajamos a nuestro destino con la certeza de que no nos va pasar nada. Además, estamos ahorrando tiempo y dinero” puntualizó doña Juana, quien dijo que ahora se toma 10 minutos caminando desde su casa hasta la estación Puente Blanco y 10 minutos de trayecto desde este punto hasta la autopista Duarte.
“Y lo mejor de todo es que no nos exponemos a todas las cosas que pasaban en las guaguas. En este sistema de transporte tenemos vigilancia todo el tiempo y nos sentimos muy protegidos” Angélica
De igual forma, Angélica Espinosa, quien es pastora protestante, da fe y testimonio de que la versión de su amiga Juana sobre el caso del tránsito, era tal cual lo describió.
La verdad es que esta obra ha sido un gran cambio para este lugar. Estamos muy agradecidos con este medio de transporte que nos han regalado. Ahora es más fácil desplazarnos, ya que gastamos menos y lo hacemos con mayor rapidez. Y lo mejor de todo es que no nos exponemos a todas las cosas que pasaban en las guaguas. En este sistema de transporte tenemos vigilancia todo el tiempo y nos sentimos muy protegidos” destacó Angélica.
Empleos para los munícipes
Según los datos del Fideicomiso para el Desarrollo del Sistema de Transporte Masivo de la República Dominicana (FITRAM), en la actualidad el 85 % de los colaboradores son personas provenientes del mismo municipio de Los Alcarrizos.
Un ejemplo de lo anteriormente expuesto es Karina Caraballo, quien tenía seis meses desempleada y desde que el teleférico comenzó sus operaciones, ella consiguió un empleo en la boletería, como servicio y atención al usuario, y gracias a su desempeño y dedicación fue promovida al área administrativa.
“Yo estaba primero en el área de boletería en atención al usuario, pero a los tres meses gracias a mi desempeño me ascendieron y ahora laboro en las oficinas administrativas. Me siento muy feliz” Karina
Yo soy oriunda de aquí. Vivo en el sector de Pantoja, me enteré cuando hicieron la convocatoria para reclutar el personal con personas que viven en zonas aledañas. Yo traje mi hoja de vida y me llamaron y comencé un largo proceso de entrevista e inducción. Yo estaba primero en el área de boletería en atención al usuario, pero a los tres meses gracias a mi desempeño me ascendieron y ahora laboro en las oficinas administrativas. Me siento muy feliz” externó Karina, con palabras que resuenan desde el interior de un corazón agradecido.
También dijo que gracias a este trabajo ha podido retomar sus estudios universitarios. “En el plano personal y profesional este empleo me ha ayudado a seguir desarrollándome a nivel académico y a no rezagarme, ya que soy un ejemplo de que cuando uno se prepara y se dispone uno crece” enfatizó Karina.
Finalmente, otro de los beneficiados con un empleo es el joven Joneidy Alcántara de 21 años y quien es padre de una niña de meses de edad. “Yo empecé a trabajar a los 18 años en la ampliación de la línea 2 del metro, desde el Kilómetro 9 hasta Los Alcarrizos, en la parte de construcción y estructuras. Luego, cuando abren el teleférico, me propusieron cambiarme para acá a trabajar en el área de mantenimiento. Ahora aquí yo me dedico a darle mantenimiento a las cabinas” explicó Joneidy.
Concluyó diciendo que “siempre quise trabajar mecánica desde niño y arreglaba los televisores del barrio porque soy muy curioso. Como vivo en el municipio tomo a diario el teleférico y llego a casa en tan solo 11 minutos, ya que antes duraba una hora en carro, pero ahora no tomo tapones y en 11 minutos estoy en mi trabajo y en 11 minutos me devuelvo para mi casa”.
“Ahora no tomo tapones y en 11 minutos estoy en mi trabajo y en 11 minutos me devuelvo para mi casa” Joneidy